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Motores fueraborda: calentamiento, tipos y mantenimiento.

Motores fueraborda: tipos, causas de calentamiento y cómo mantenerlos

Tipos de motores fueraborda que existen:

Empecemos identificando los tipos de motores fueraborda que podemos conseguir en el mercado, a fin de identificar las particularidades de cada uno de ellos, de cara a su cuidado y mantenimiento.

Motores Fueraborda Gasolina de Dos Tiempos

Fueron los primeros motores fueraborda que se fabricaron, principalmente por su simplicidad mecánica derivada de los motores de motocicletas de dos tiempos, teniendo muchos menos componentes mecánicos en movimientos y con la ventaja de aportar potencia al eje en cada vuelta de cigüeñal con una explosión por cada giro del eje-motor. Por lo que su relación potencia/peso es muy favorable debido a que menos piezas supone menos peso a lo que se suma un ciclo potencia por cada vuelta de cigüeñal.

Su volumen y su peso son menores y en consecuencia, son motores fáciles y económicos de fabricar, lo que los hizo muy populares en un principio.    

Motores Fueraborda Gasolina de Cuatro Tiempos 

Los motores fueraborda de cuatro tiempos se derivan de sus homólogos empleados en los vehículos particulares, con prestaciones de potencia algo mayor que la de los motores de dos tiempos y mucho más eficientes al quemar mejor el combustible y poder prescindir de la mezcla con aceite lubricante. Aunque necesiten de dos vueltas de cigüeñal para generar un ciclo de potencia, al tener más componentes mecánicos en movimiento, pesar más que un motor dos tiempos y ser más costoso de producir, suelen tener una relación potencia/peso mejor que la de los motores de dos tiempos.

Motores Fueraborda Diésel de Cuatro Tiempos

No son tan comunes ni populares como los motores a gasolina de dos y cuatro tiempos, aún así, existen algunos comerciales de bastante éxito, sobre todo por tener una autonomía mucho mayor que la de los motores de gasolina y tener un riesgo de operación mucho menor debido a la baja explosividad del combustible diésel en comparación con la gasolina.

Causas del calentamiento de un motor fueraborda:

Todos los motores fueraborda, como máquinas térmicas que queman un combustible (calor) en movimiento y potencia, dependen de una adecuada refrigeración o enfriamiento de algunos de sus componentes para poder funcionar adecuada y eficientemente, pudiendo presentarse el problema de un sobrecalentamiento que puede llegar a destruir nuestro motor.

Afortunadamente casi todos los motores fueraborda de dos y cuatro tiempos a gasolina o diésel, cuentan con dispositivos de protección y alarma para evitar la destrucción del motor, por lo que es importante prestar atención a los siguientes síntomas o causas.

  • Bajo o insuficiente flujo de agua de mar para enfriar el motor. Esto se puede observar y detectar en ese “chorrito” de agua que suelen expulsar los motores por un costado.
  • Obstrucciones por suciedad marina (caracolillo o algas) o por elementos extraños como bolsas plásticas.
  • Daños en el termostato que impiden su correcto funcionamiento.
  • Daño en la bomba de aspiración y circulación del agua de enfriamiento (agua de mar).
  • Exceso de mezcla de combustible en la combustión elevando la temperatura normal de operación del motor.
  • Empleo de una hélice no adecuada para la relación potencia/velocidad y el tipo de casco, o daños por golpes o rotura que no permiten crear el flujo suficiente de propulsión necesario causando que el motor gire a muchas vueltas creando poco impulso.

Por lo tanto ante cualquier signo de recalentamiento del motor fueraborda revisa la presencia de obstrucciones en las rejillas de toma de agua de mar del motor, daños en la hélice o funcionamiento del motor en un régimen de revoluciones demasiado bajo o demasiado elevado (motor forzado), consultando con un mecánico naval experto que tras probar el motor te pueda dar un diagnóstico de la causa del problema y la solución más económica del mismo.

Cómo mantener nuestro motor fueraborda:  

Alguna vez habremos escuchado “en la mar la vida es más sabrosa”, pero realmente cuando salimos a navegar nos encontramos solos en el mar y solo la seguridad y confianza en nuestra embarcación nos dará la seguridad y ese “sabor sabroso del mar” pues de lo contrario lo que empieza como una feliz singladura puede acabar en un mal recuerdo.

Los motores fueraborda, como máquinas con elementos mecánicos, están sujetos a revisiones, cuidados, mantenimientos y reparaciones, que deben ser encargados a personas profesionales y conocedoras del mar y de los equipos que se emplean en él, asegurando así que nuestro motor estará siempre disponible y será un elemento seguro para emprender cualquier navegación y disfrutar así de nuestra embarcación, con total confianza y seguridad. 

Para ello, lo primero que debemos hacer es contactar con profesionales que conozcan nuestro motor y que por tanto, sigan los protocolos y recomendaciones de revisión y mantenimiento de muestro motor utilizando las herramientas correcta y reemplazando los componentes necesarios por piezas originales.

Seguir las recomendaciones básicas generales que casi todos los fabricantes sugieren hacer esta la revisión anual, preferiblemente a realizar antes de la temporada de uso frecuente del motor (verano), para una puesta a punto, cambio de filtros y lubricantes, limpieza general y prueba para detectar fallas potenciales que puedan dejarnos “a la deriva” sin propulsión o que impidan que disfrutemos oportunamente de nuestra embarcación de recreo. Según las horas de operación acumuladas revisar y cambiar los impulsores/rodetes de las bombas de agua salada que enfrían nuestro motor, cambio de termostato si es que procede (por horas de uso) bujías, correas de accesorios y sobre todo los ánodos de protección catódica, tanto internos del motor, como los externos localizados en el trim y cola, que protegen las partes metálicas del motor de la corrosión marina por la acción de “pila galvánica” producto de la conductividad eléctrica del agua de mar.

Por último, realizar la revisión de las líneas de combustible para detectar y corregir fugas, y revisar la instalación eléctrica del motor y la embarcación para garantizar un arranque oportuno y seguro.

Mantenimiento preventivo frecuente:

Cada vez que utilicemos muestro motor deberemos prestar atención a ciertos detalles antes de usar el motor y después de su utilización.

Antes de utilizar el fueraborda: 

  • Medir el nivel del aceite del motor y revisarlo exteriormente para detectar alguna posible anomalía como machas de aceite u olor excesivo a gasolina.
  • Revisar el filtro separador de agua-combustible, sobre todo si dispone de una campana transparente de inspección.
  • Revisar la hélice por daños en la misma y la parte baja de la cola del motor por posibles fugas de aceite.
  • Arrancar el motor y verificar que lo hace correctamente, sin dificultades o “lento” y dejarlo operar a ralentí por un tiempo para observar su operación “pareja”.

Ante cualquier duda, consulte con un profesional, le costará mucho menos que una reparación mayor del motor o el tener que reemplazarlo por uno nuevo.

En motores a gasolina de dos tiempos:

  • Asegúrate de haber hecho correctamente la mezcla de gasolina y aceite de dos tiempos en el tanque, en aquellos motores que no cuentan con sistema de inyección de aceite automático.
  • En motores con sistema de inyección directa, verifica y rellena el nivel de aceite de dos tiempos en el tanque.

No hacer esta verificación puede dañar seriamente tu motor fueraborda.

Después de utilizar el fueraborda: 

Es importante después de utilizar el motor fueraborda lavarlo con agua dulce, ya sea que la embarcación se deje a flote en la marina o se saque del agua para guardarla en tierra. Para ello los motores modernos cuentan con una toma de agua dulce a la que se puede adaptar una manguera de suministro de agua del puerto y así desplazar el agua salada del interior del bloque-motor, e inmediatamente levantar la cola del agua en caso de dejar la embarcación atracada a flote, ello reducirá sensiblemente el efecto de la corrosión galvánica por diferencial de potenciales entre los diferentes metales que conforman el motor.

Mantenimiento preventivo – Fin de temporada:

Al terminar la temporada de utilización de la embarcación, bien por finalización de las vacaciones o porque se termina el buen tiempo, es muy probable que retiremos la embarcación del mar y la guardamos en alguna “marina seca” para evitar una prolongada exposición de la nave a los efectos del agua de mar, además de daños derivados del mal tiempo y temporales.

En ese momento debemos aprovechar para hacer el denominado “invernaje del motor”, consistente en hacer un lavado profundo del motor con agua de mar y hacer las rutinas de conservación que cada fabricante de motores recomienda. De ese modo, alargarás la vida útil del motor, evitando lo máximo posible la acción de la corrosión derivada de inoportunos depósitos de agua salada y una prolongada paralización del mismo. De ese modo podremos asegurar que para la próxima temporada, tras un mantenimiento rutinario, no solo arrancará a la primera sino que conservará toda la seguridad y confiabilidad que ofrece el fabricante del motor.

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